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"Antes,
cuando iba a la presentación de una película o a alguna gala y veía
a las actrices superarregladas y maquilladísimas, me sentía fuera de
lugar: Yo ahí, en medio de toda esa gente, con la cara lavada y mi pinta
estrafalaria... Llamaba un poco la atención. Pero decidí mantener mi
forma de ser y de vestir, porque cada cual tiene su propio concepto
de lo que es ir elegante y guapa. Y yo no tenía por qué renunciar a
la ropa que me gusta y me favorece". Aunque en algunas ocasiones
haya tenido que ir a contracorriente, Silke
siempre ha cultivado un estilo muy personal. Ahora, ese puntito de coquetería
desaliñada, que le ha valido a la actriz las miradas reprobatorias de
divas glamourosas a la antigua usanza, se puede comprar: Junto a su
hermana Elke, ha creado Drúmbalo,
una firma de ropa con un toque extraño, pero que se puede poner gente
de todo tipo.
En opinión de Silke, sus diseños tampoco
son "radicales y extremistas". "Según
combines las prendas, puedes conseguir un resultado más discreto o más
loco. Nuestra ropa no es sólo para quinceañeras, hay cantidad de señoras
maduras que compran en nuestras tiendas. Vamos, que se adaptan a cualquier
persona", explica. Sus prendas, en las que se mezclan materiales
de lo más sofisticado con tejidos de punto grueso y burdo, son prácticas
y responden a un concepto de la femineidad que esta en las antípodas
de las faldas tubo y los tacones de aguja. "Buscamos
que la ropa sea cómoda además de bonita", recalca.
Aunque pasa un montón de horas eligiendo patrones y dibujando prendas
en su taller de Ibiza, en compañia de Elke
y de su madre, a la que tambien han embarcado en la aventura, asegura
que puede compaginar su trabajo de diseñadora con el de actriz. Y, lejos
de ver incompatibilidades entre el cine y la moda, se las ha ingeniado
para mezclar ambas facetas. En verano, durante el rodaje de Y
tú, que harías por amor?, consiguió que su personaje luciese
varias de sus creaciones.
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