SILKE
ATRAPADA por la FAMA

Hace un año, Silke vendía plata en una tienda de ropa de segunda mano del barrio madrileño de Malasaña. Su objetivo inmediato no era el cine, sino perforar narices, labios y ombligos con su socia, que había hecho un cursillo acelerado en Londres. Si el negocio marchaba, el siguiente paso sería anillar clítoris y penes. En aquella época, las flores y corazones que Silke lleva tatuados en los brazos desde los 17 años sólo provocaban la chufla enamoriscada de los moteros que entraban en el local. 'A ver cuando te haces un tatuaje serio y te dejas de tanta tontería, guapa'. Ella se reía, sin sospechar que sus florecitas, el aro que a veces se coloca en el labio inferior y el pendiente del ombligo la convertirían muy pronto en un símbolo erótico.

El cineasta Julio Medem olfateó el poderoso morbo de esta mujer durante las pruebas de su película, Tierra, y la eligió para el papel de Mari, una ninfómana tan atormentada como atractiva. Enseguida vendrían los personajes de la Niña, en Hola, estas sola?, de Iciar Bollaín, y de Queli, en Tengo una casa, de Mónica Laguna. En seis meses, Silke ha sido pelirroja, morena y rubia, ha protagonizado tres películas y, antes de que se estrenara la primera, Hola, estas sola?, ha sido portada de suplementos y revistas. Con 22 años recién cumplidos, es famosa y se siente perdida. 'Me encuentro en la etapa más confusa de mi vida'.

A Silke le dan asco la coca, el caballo y los tripis. No le gusta el alcohol, no toma café y hace tiempo que no se come un éxtasis, 'desde que venden mierda: aspirinas con estricnina y otras guarradas'. Sin embargo, esta sufriendo los efectos de una sobredosis. De celuloide. Aunque no guarda resentimiento a Julio Medem, que le oficio de camello. 'Estuve en un sueño el tiempo que duro el rodaje de Tierra. Cuando tenia una semana libre, no me quería ir. Tenia mono. Ha sido la película más especial, la que ha cambiado mi vida. Aprendí mucho, pero no me preguntes que porque no sabría contestarte'.

El síndrome de abstinencia que sentía entonces se había convertido al final del rodaje de Tengo una casa en crisis existencial. 'Acabe muy desgastada emocionalmente y con un descontrol alucinante. Mi familia me encontraba estresada, histérica, muy mal: estaba deprimida y despistada. Fue demasiado meterme tres personajes en seis meses y tuve muy poco tiempo para recuperarme después de cada rodaje. Pasa mucho tiempo con un personaje dentro: sintiendo, viendo y pensando como él. Y cuando acabas la película te queda un vacío supergrande'.

Se encontraba mal y se fue. Sin más. Puso tierra por medio y desapareció durante casi tres meses en la India y Nepal. Ha vuelto decidida a no aceptar ningún papel hasta que se estrenen todas sus películas. 'Me sentía muy insegura: de repente, mucha gente esperaba grandes cosas de mí. Psicológicamente necesitaba desconectarme y pensar en todo lo que había pasado. Ha sido tan rápido que no he tenido tiempo para asimilarlo. Cuando me fui no era yo, pero ha vuelto la Silke de siempre. No quiero volver a trabajar a este ritmo, a rodar película tras película, si puedo permitírmelo. Tengo ofertas, pero ni siquiera sé si son interesantes porque las he dejado aparcadas sin verlas. No me preocupa estar incluso un año sin trabajar'.

Aun no ha asumido las contradicciones entre ser y parecer, entre forma y fondo, entre la persona y los personajes. Sale a la calle con el aspecto descuidado de los grunge, pero no sabe quien es el pope del movimiento: Kurt Cobain. De la unión de sus padres, un español y una alemana, provienen su exótico nombre y unas medidas de modelo: 53 kilos repartidos a lo largo de 14 centímetros de altura. 'Me siento a gusto con mi cuerpo, pero me niego a posar completamente desnuda. No me apetece que la gente tenga una foto mía así porque no saben ver un cuerpo como lo que realmente es: con tetas, culo y lo demás'. Medio desnuda o medio vestida, Silke se convierte ante la cámara en un neón erótico y, sin embargo, confiesa que el sexo no le importa. 'No es algo que me coma la cabeza. Lo respeto, lo acepto, pero para mí hay muchas cosas antes. El sexo no es algo imprescindible en mi vida. Para nada'.

Aquella película supuso el fin de sus clases de teatro en el laboratorio de William Layton y el inicio de una relación especial con Medem. 'Es como mi papa dentro del mundo del cine. En cuanto hay cualquier problema le llamo para preguntarle que debo hacer'. Curiosamente, si de él hubiera dependido Silke jamas habría rodado su segunda película. 'Julio e Iciar Bollain escribieron juntos parte del guión de Hola, estas sola? él decía que no me veía en el personaje de la Niña, una mujer sencilla, pero muy rebelde, que un día decide marcharse de casa por una estúpida discusión con su padre. Es totalmente opuesto al de Mari'. El golpe de timón correspondió, en esta ocasión, a Candela Peña, coprotagonista del filme. 'Es una tía impresionante, bellísima y mucho mejor actriz que yo. Me animo a que fuera a las pruebas y me cogieron'. La actriz se tapó el tinte rojo de Mari con un negro y se metió en la piel de la Niña. 'Yo también me fui de casa tras una discusión con mi padre. Me sentí muy a gusto en el rodaje e Iciar también esta muy contenta'.

De momento es su única película estrenada y las criticas han sido excelentes. 'Mi método es más intuitivo que técnico. Para mí, la imagen de la Niña siempre ha sido Iciar. ¿mimetismo? Puede, ella es un poco así: una persona borde, seca, pero yo he aportado muchísimas cosas al personaje. La Niña tiene un carácter duro, pero esconde una fragilidad y una sensibilidad alucinantes en el fondo. Mis amigos dicen que me ven a mí en la película'.

Tan pronto acabo Hola, estas sola?, Silke se pinto el pelo de naranja y empezó a rodar Tengo una casa, de Mónica Laguna, una nueva cineasta apadrinada por la productora de los hermanos Almodovar. 'Interpreto a Queli, una joven que ha vivido siempre en el campo y trabaja con su padre en una gasolinera. La siento muy cercana a mí. Mis padres están separados y, como ella, yo tampoco estuve con mi mama de pequeña'. Los personajes que ha interpretado tienen otra cosa en común, sus intensas relaciones con los hombres: Mari, con Karra y Carmelo; La Niña, con el Ruso (Arcadi Levin), y Queli, con Bólido (Nacho Novo).

'Rodando me he enamorado de todos, pero en la realidad, de ninguno. Mucha gente confunde el amor con posesión. A mí me han querido sobre todo así, pero soy una persona muy libre. ¿Si estoy enamorada? Bueno, antes estaba sola y ahora estoy acompañada'. No descuida su imagen, aunque a la hora de seducir le gusta utilizar la cabeza. 'La seducción no tiene nada que ver con estar sexy, aunque el físico ayuda'. Le atraen los hombres oscuros, de piel morena y pelo negro. 'Me tira mas un tipo atractivo que uno guapo'. Pero sin bajar nunca la guardia. 'No hago el amor sin condón a no ser que conozca muy bien a mi pareja y sepa que no tiene SIDA'. Y no siento reparo hacia la bisexualidad. 'Me he enamorado de muchas mujeres, aunque no he hecho el amor con ellas. Pero es posible que ocurra en el futuro'.

De momento se mantiene lejos del torbellino en casa de su madre. 'Supongo que salir en tantas portadas provoca envidias, pero tengo un angelito que me cuida y me mima. En parte me siento afortunada y en parte no. He envejecido en estos seis meses. Tengo mas malicia y soy menos ingenua. No me considero especialmente inteligente, pero a veces me gustaría ser tonta y no enterarme de nada'.