Desde que su padre la hizo aparecer con apenas ocho años en Candilejas, Geraldine Chaplin (Santa Mónica, EE UU, 1944) ha vivido entre platós, renunciando a una temprana carrera de bailarina. Conocida entre nosotros gracias a su papel en Doctor Zhivago y a los trabajos junto a su ex-marido Carlos Saura, la hija de Charles Chaplin atesora una valiosa filmografia, en la que aparecen directores de la talla de Martin Scorsese, Robert Altman,Richard Attenborough o Jodie Foster. En Tú qué harías por amor -en las salas desde la próxima semana-, la actriz norteamericana interviene en un pequeño papel a las órdenes de su hijastro, Carlos Saura Medrano. El reparto se completa con Fele Martínez, Silke y Paco Rabal.

-Y usted, ¿qué haría por amor?
-Todo, creo, pero la vida todavía no me ha puesto a prueba. Me gustaría decir lo contrario, pero soy una persona muy romántica.

-Parece condenada a trabajar en familia.
-Sí. En la película interpreto a la madre de los protagonistas, un papel pensado, en un principio, para un personaje masculino. Lo cierto es que mi hijo me ha hecho un hueco como un gesto simpático. Y he quedado encantada.

-¿No le produce extrañeza haber sido dirigida por su marido y ahora por su hijo?
-Y no sólo éso. Los técnicos, los iluminadores y los diseñadores también eran los hijos de las personas con las que trabajé cuando rodé películas como 'Cría Cuervos' o 'Elisa, vida mía'.

-¿Y quién es mejor director?
-No lo sé, ja, ja. Carlitos trabaja con el corazón y Carlos padre, con el cerebro, es mas frio.

-¿Volvería a rodar con Carlos Saura?
-Él nunca me lo pediría. Y yo soy muy tradicional en estas cosas. Con Carlos, no podría sentarme ni a tomar un café.